Los municipios con mayor cantidad de población indígena tienen la mayor cantidad de pacientes con enfermedades crónicas.
CIUDAD DE MÉXICO, enero 24 (XPFM). -Los estados de Oaxaca, Guerreros y Chiapas presentaron mayor vulnerabilidad ante la presencia de enfermedades crónicas entre los años 2010 y 2020, periodo en el que las muertes por diabetes aumentó 139 por ciento en localidades con alto porcentaje de población indígena.
El Centro de Capacitación en Ecología y Salud para Campesinos y Defensoría del Derecho a La Salud (CCESC-DDS) junto con la asociación civil El Poder del Consumidor, informaron que las zonas rurales con mayor población indígena, presentan una mayor prevalencia de síndrome metabólico (58%) en comparación con la cifra nacional (56%).
Estos organismos informaron que de acuerdo a sus estudios la población con menores ingresos y más vulnerables como las mujeres indígenas corren mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes.
Dentro de la lista de enfermedades crónicas, además de la diabetes, está el Alzhaimer o demencia, Artritis, Asma, cáncer, fibrosis quística, EPOC y la enfermedad de Crohn, que tienen alto impacto en la mortalidad de los mexicanos.
Sólo en el 2019, antes de la pandemia por Covid-19, se registraron cerca de 597 mil 648 muertes por estas enfermedades que algunas degeneran en problemas renales y metabólico que se presenta más en individuos con problemas de obesidad.
Cerca del 55 % de la población mexicana tiene algún tipo de inseguridad alimentaria; esta es mucho más severa entre quienes tienen menor nivel educativo e índice de bienestar. Este último nivel de inseguridad se ha asociado con sobrepeso y obesidad.
El investigador de salud alimentario de El Poder del Consumidor, Jorge Vargas, señaló que la desigualdad social tiene que ver en la alimentación y por lo mismo afecta de manera directa al desarrollo de las enfermedades crónicas.
“La desigualdad social también determina efectos diferenciales del alto consumo de bebidas
ultraprocesadas. La distorsión del presupuesto familiar para la adquisición de alimentos es proporcionalmente mayor y su efecto conlleva frecuentemente el desplazamiento del consumo de alimentos saludables.
“Ante la publicidad de productos producidos para la alimentación complementaria y ante la falta de información suficiente por parte del Sector Salud, induce a las madres a creer equivocadamente que estos productos son adecuados para la alimentación infantil, tal es el caso de los jugos procesados”, comentó el investigador de salud de El Poder del Consumidor.